lunes, 13 de agosto de 2012

CUIDADO DE LAS PLANTULAS DE RÁBANO


El rábano es una de esas hortalizas que merecen siempre un pequeño espacio en la huerta. Su cultivo es sumamente fácil, tiene gran cantidad de vitamina C, B1, hierro, y excelentes propiedades diuréticas. Además, esta raíz comestible es muy sabrosa, a menudo con un toque picante

Los estudiantes del grado 501 recibieron la plántula de rábano, que debe ser trasplantada hoy mismo en un recipiente ancho (20 cm aproximadamente) y un poco profundo (mínimo 12 cm)
Uno de los problemas que se puede presentar con estas plántulas es que el tallo crezca "más de la cuenta" y esto se produce cuando hay falta de luz.


La solución a este problema consiste en trasplantar la plántula, enterrando la parte de tallo que ha quedado al aire, justo hasta donde empiezan a crecer las hojas.
Este es el aspecto que ha de tener una vez trasplantada:


Así mismo es importante tutorarlas desde el trasplante para evitar que se tuerzan, y para ello se debe colocar un palillo (de hamburguesa preferiblemente, por su tamaño: 10 cm aproximadamente de longitud) justo cerca y paralelo al tallo, pero cuidando de que no quede profundo para evitar dañar la raíz y posterior fruto. con un aro de nilon que no vaya a apretar al tallo sino que simplemente lo sostenga al palillo. Un ejemplo del correcto tutoraje es el de la anterior imagen


Para el riego  debe tenerse en cuenta que al momento del trasplante se le aplicará agua moderada y luego se  provocará una sequía controlada, lo que significa que solo volverá a regarse a los 5 días de trasplantada y de ahí en adelante cada tres días.  Lo anterior para favorecer el desarrollo radicular y un mejor desarrollo posterior de la planta.
No es conveniente abusar del riego ya que puede ocasionar problemas de encharcamiento y favorecer la aparición de enfermedades, como el pudrimiento del tallo y las raíces, que se manifiestan con signos como un amarillamiento general de la plántula y decaimiento súbito del tallo.
Un buen ejemplo de este caso se muestra a continuación:

Al rábano le va bien casi cualquier tipo de suelo, siempre que no sea excesivamente ácido. Obviamente, se obtienen mejores resultados si se dispone de un suelo rico en materia orgánica, y de ser posible ligero, con algo de cascarilla de arroz para que las raíces no crezcan apelmazadas, y así se consiguen frutos más tiernos. Le conviene mucho la exposición al sol.

El rábano se recolecta cuando la raíz empieza a asomar en la superficie de la tierra, o comprobando manualmente (escarbando ligeramente a su alrededor) que su grosor es el adecuado. Para extraerlo se toman por el tallo y se tira de él; si la tierra es ligera saldrán con facilidad.

Es importante recolectar el rábano dentro de su periodo aunque no se vaya a consumir inmediatamente, porque florece y se endurece mucho resultando totalmente incomestible.

No se debe tardar en consumir el rábano después de recogerlo, preferiblemente en crudo, con objeto de aprovechar todas sus vitaminas y propiedades.
Los rábanos son una de las hortalizas que más rápido producen fruto, por lo que es recomendable un adecuado cuidado desde el comienzo. Para el 30 de septiembre tu planta de rábano debe estar aproximadamente como se muestra a continuacion:


Recuerda que la cosecha coincidirá con la feria de la ciencia y que de la obtención del fruto dependerá tu nota para ese día. Cuida a tu plantita como si fuera tu hija y no olvides que ella es indefensa y depende de ti y de tus cuidados.

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